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PLANTILLAS-BEACH-VOLLEY-WEB_blogde¿Os acordáis de mi anterior publicación? Nos centramos en hablar de una forma general acerca de la alimentación de forma saludable y cómo debemos tener presente cosas como nuestro estilo de vida, las características del deportista, la importancia de diseñar de forma personal una dieta en la que sus alimentos nos motiven y no nos generen esfuerzos muy grandes para así conseguir mantenerla en el tiempo, etc.

Pero, ¿Comer sano es comer poco?

Debemos comer de forma variada y en cantidades que completen todo el desgaste que producimos con los entrenamientos y nuestra rutina diaria, incorporando los siguientes nutrientes a nuestra alimentación:

Hidratos de Carbono

Se almacenan en el hígado y en los músculos en forma de glucógeno. Constituyen el principal combustible para el músculo durante la práctica de actividad física y son considerados la principal fuente de energía y la más rápida.

Lípidos o grasas

Debemos incluir las grasas en nuestra alimentación en pequeñas cantidades. Las utilizamos entre otras cosas, como fuente de energía durante los entrenamientos a baja intensidad. Son también esenciales para el metabolismo de las vitaminas. Las grasas saturadas (las encontramos en la mantequilla, carnes grasas, embutidos, etc) deberíamos mantener un consumo por debajo del 10% ya que son las encargadas de aumentar el colesterol en arterias.

Proteínas

Se encargan de construir y reponer el tejido muscular. Prácticamente todos los procesos biológicos dependen de la presencia o la actividad de este tipo de moléculas.

Todo esto esta muy bien, pero estaréis pensando: ¿y cuánta cantidad como de cada cosa? Una vez conocemos cuales son los tres macronutrientes que ingerimos en nuestra dieta, debemos saber la distribución en porcentaje que le tenemos que aportar a nuestro organismo de forma diaria:

Proteínas: 10-15 %
Lípidos: 30-35 %
Hidratos de Carbono: 55-65 %

Además de todos estos nutrientes, tenemos que incluir en nuestra alimentación sana:

Frutas, verduras y hortalizas

Comer al menos cinco piezas o porciones (o 400 g) de frutas y verduras al día para reducir el riesgo de desarrollar enfermedades no transmisibles, como por ejemplo: las enfermedades cardiovasculares.

Vitaminas

Son elementos importantes en la regulación del metabolismo de los nutrientes energéticos y estructurales. Muchas veces pensamos que como no suministran energía no son importantes, pero tenéis que saber que forman tejidos que promueven el correcto funcionamiento fisiológico del cuerpo y están relacionadas con el metabolismo hormonal. Las fuentes más ricas para obtenerlas son las verduras de hojas verdes.

Minerales

(Hierro, Calcio, Cinc, Potasio, Magnesio, Sodio, Cloro, Fósforo, Azufre, Magnesio, Manganeso, Selenio y Yodo)

Son sustancias con una importante función reguladora, que no pueden ser sintetizados por el organismo y deben ser aportados por la dieta. No aportan energía pero son indispensables para el funcionamiento celular, creación de huesos y producción de hormonas.

Hidratación

El agua juega un papel importantísimo en el rendimiento de un deportista. En nuestro caso, al jugar a voley playa, estamos expuestos en muchas ocasiones a altas temperaturas y la pérdida de líquido es aún mayor. Además, el agua ayuda a proteger las articulaciones y mantiene el correcto funcionamiento de los músculos, con un aporte correcto los riñones limpian mejor la sangre de sustancias de desecho y las eliminan con mayor facilidad, además de jugar un papel importante en la normalización de la presión arterial.

Sin embargo, hay otras sustancias que las incorporamos en la alimentación y que debemos tener control porque muchas veces vienen en altas concentraciones en alimentos y no somos consciente de ello:

Sal

La mayoría de la gente consume demasiado sodio a través de la sal y no consume suficiente potasio. Un consumo elevado de sal e insuficiente de potasio contribuye a la hipertensión arterial, que, a su vez, incrementa el riesgo de enfermedad coronaria (problemas en las arterias coronarias) y accidente cerebrovascular (flujo de sangre se detiene por una obstrucción y el cerebro no recibe nutrientes ni oxígeno).

Azúcar

Controlar el consumo de todos los azúcares que provienen de la industria alimentaria, el extra que añadimos a los alimentos y la ingesta de bebidas azucaradas disminuye el riesgo de padecer enfermedades crónicas como la diabetes tipo II o enfermedades coronarias.

¡Genial! ¡Ya sabemos algo más! Conocemos la importancia de cada uno de los nutrientes que debemos incorporar día a día pero seguramente estaréis pensando: ¿Cuánto debo comer en cada una de las comidas que haga al día?

A nivel personal, dependiendo del periodo en el que me encuentre de la temporada hago 4 o 5 comidas diarias en función de las necesidades energéticas que tenga, es decir, dependiendo de lo duro que estén siendo mis entrenamientos. Al aumentar las exigencias, añado una comida y las cantidades en cada una de ellas. El propio cuerpo me lo pide.

Para tener una idea genérica, a continuación detallo una standard de ingesta diaria que intento llevar a cabo durante la temporada:

Desayuno 20-25%
Comida 35-40%
Merienda 10-20%
Cena 15-25%

En periodos en los que aumentan los entrenamientos, añado un almuerzo entre el desayuno y la comida, de tal manera que disminuye la cantidad de la comida y se reparten los nutrientes con el almuerzo. No modifico mi desayuno, intentando que siempre me aporte gran cantidad de energía.

Una vez sabemos los porcentajes diarios que debemos llevar a cabo en la alimentación ya solo falta saber qué nutrientes consumo según los momentos del día:

Desayuno

– Según el momento del año, aporte extra de vitaminas y minerales
– Fibra regularmente
– Rico en Hidratos de Carbono
– Algo de proteína

Almuerzo

– Varias piezas de fruta
– Suplementación. Recuperadores

Comida

– Rico en hidratos de carbono
– Rico en vegetales y verdura

Media tarde

– Rica en Fibra
– Ocasionalmente algo de hidratos de carbono
– Suplementación. Recuperadores

Noche

– Rica en Proteínas, carne o pescado.
– Aporte de vegetales y verduras

Con toda esta información espero que puedas tener una idea general sobre alimentación, cómo y en qué proporciones debes distribuir los nutrientes para poder rendir de forma óptima y así conseguir tus objetivos deportivos.

Christian García,
Club Voley Playa Muchavista El Campello.

El pie está compuesto por 26 huesos, 33 articulaciones y más de 100 músculos,
tendones y ligamentos diseñados para conseguir un correcto desplazamiento y
buena amortiguación de impactos tras cada paso.

Tener un patrón de movimiento incorrecto en esta zona, genera compensaciones
en el resto de articulaciones implicadas en la locomoción, favoreciendo así la
aparición de problemas físicos, lesiones e incluso llegando a empeorar el
rendimiento deportivo.

Si tuviéramos que nombrar a uno de los culpables de la alteración de la
morfología y función que ejerce el pie, señalaríamos al calzado. Éste ha
provocado un desacondicionamiento muscular, ha empeorado la sensibilidad
plantar, ha generado deformación de los dedos, restricciones de movilidad en
tobillo etc.

El calzado aumenta la elevación del calcáneo (talón) respecto al suelo y empeora
la dorsiflexión del tobillo con el paso de los años. Una mala dorsiflexión provoca
mala movilidad del tobillo y esto hace que aumente la pronación (la bóbeda
plantar del pie se hunde y se va hacia dentro de forma excesiva) provocando que
la tibia también se incline hacia el interior y con ella, la rodilla. Esto genera valgo
de rodilla y, por lo tanto, riesgo de lesión.

Tener una dorsiflexión inferior a 36º aumenta un 30% la tendinopatía rotuliana
y con +36º un riesgo de tan solo el 1-2%. Teniendo en cuenta la cantidad de
saltos que hacemos cuando jugamos a voley playa, el grado de incidencia es
elevado si no tenemos el correcto grado de movimiento.

¿Cómo valoro la dorsiflexión de tobillo de una forma fácil y práctica?

1) Colocar el tobillo a analizar a 10 cm de una pared adoptando la posición
que describe la imagen. Reparte el peso del cuerpo en ambas piernas. La
rodilla del pie adelantado deberá tocar la pared sin levantar el calcáneo y
sin pronar.

foto 1

2) Realiza una sentadilla y si observas que los talones se levantan, indica una
limitación en la articulación.

foto 2

Otra cosa que debemos tener en cuenta es el control de la pronación.
Seguramente te has preguntado muchas veces si eres pronador o supinador y
realmente eres ambas cosas. El momento en el que el calcáneo se prepara para
contactar con el suelo, el pie está en supinación. Al apoyar toda la fascia plantar,
en pronación y cuando sólo contactas el suelo con el antepie, vuelves a supinar.

foto 3

Lo correcto sería analizar si tu pie realiza una sobrepronación o
sobresupinación, es decir, si cualquiera de las fases citadas anteriormente se
hace de forma excesiva o descontrolada.

La sobrepronación viene relacionada con la mala dorsiflexión, por lo que
debemos trabajar la musculatura plantar, tibial posterior, flexor dedo gordo,
gemelo, soleo, glúteo y abdominales para mejorarla.

Para jugar a voley playa es muy importante valorar el comportamiento del pie
ante el movimiento, ya que puede afectar bastante su correcta función y, por
consiguiente, el rendimiento.

Por ejemplo: en el salto, una mala dorsiflexión altera la biomecánica, provocando
una pérdida de eficiencia mecánica. Así, en la fase de aterrizaje habrá una
limitación de cadera y tobillo, absorbiendo peor las fuerzas de impacto y
aumentando considerablemente los riesgos de lesión. Otro ejemplo sucede en
cada uno de los desplazamientos que se realizan en el campo. De esta forma, el
tobillo, ante la falta de movilidad, abre otros planos de movimiento para suplir
esta limitación de dorsiflexión, por lo que tenemos otro problema añadido para
el riesgo de lesiones.

Si tenemos en cuenta que una persona activa durante el día realiza una media de
3000 pasos, imagina si a esto le añades entrenamientos de voley playa, sesiones
con cargas en el gimnasio etc. El riesgo de lesión se multiplica.

Con toda esta información sintetizada al máximo podrás hacerte una idea de lo
importante que es tener “los cimientos de la casa” en buen estado. Ahora nos
centraremos en explicar una progresión de ejercicios para trabajar el pie y
mejorar su movilidad y función:

1) Automasaje para aliviar la tensión y recuperar la movilidad en la fascia
plantar, peroneo lateral, gemelo y soleo. 2-3 series 60 seg.

foto 4

2) Estiramiento fascia plantar, extensión de los dedos, gemelo, soleo y
tendón de Aquiles. Se realiza de 1-3 series de 30-60 segundos con
estiramientos pasivos o 15 repeticiones con estiramientos dinámicos.

foto 5

3) Para fortalecer el flexor del dedo gordo, colocaremos una banda elástica
en la parte más distal del dedo. Éste debe mantenerse estirado y en
contacto con el suelo en todo momento. Realizar 2-3 series de 30
segundos cada dedo.

foto 6

4) Ejercicio “Short Foot”. Intentar encoger la planta del pie sin la flexión de
los dedos en una contracción de 10 segundos.

foto 7

5) Para mejorar el control de la pronación, utilizamos estos ejercicios para
trabajar el tibial posterior:

a) Sentado, con los talones en el suelo, realizar una aducción con la
resistencia de una banda elástica.

foto 8

b) Realizar una flexión plantar apretando una pelota en todo momento.

foto 9

6) Para trabajar los peroneos realizas una rotación externa del pie con la
resistencia de una banda elástica.

foto 10

7) Colocar una banda elástica de tal manera que genere resistencia al hacer
un movimiento de extensión del pie, así fortalecemos el tibial anterior.

fotos 11

8) Progresión aumentando la carga para potenciar los flexores plantares.
Realiza 3 series x 15-20 repeticiones. A medida que aumente la carga,
disminuye las repeticiones.

foto 12

PARA LLEVARSE A CASA:

Recomendable que los jugadores de voley playa trabajen los ejercicios
propioceptivos y de estabilización descalzos, ya que es importante activar los
músculos intrínsecos plantares y estimular los órganos sensoriales del pie.

Mediante una buena progresión, potencia los flexores plantares, gemelo y soleo,
ya que son pilares importantes en los desplazamientos y saltos que realizas en el
juego.

Existe una relación muy directa entre mala función del tobillo, con dolor en
rodilla, por lo que debemos atender a esta compleja articulación para prevenir o
corregir problemas.

Por último, jugamos a un deporte en el que no hace falta el calzado. Démosle al
pie la función que se merece.

Christian García
Jugador internacional de Voley Playa
Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte