La llegada de la pandemia mundial en 2020 trajo consigo un nuevo reclamo social; las mascarillas. Algunos optan por FPP2, otros quirúrgicas e incluso de tela, pero todas ellas comparten el objetivo de protegernos contra el coronavirus.
Según un estudio realizado por Investigacións Mariñas de Vigo (IIM-CSIC) en colaboración con la Universidad de Cádiz, hasta 25.000 toneladas de mascarillas fueron arrojadas en los océanos en forma de residuos, provocando una modificación en diversas especies marinas.
La descomposición de un protector facial en el mar tiene diferentes repercusiones, en función de los materiales del producto. En el caso de las mascarillas quirúrgicas, están compuestas fundamentalmente por un tejido de microfibras de distintos polímeros plásticos, aditivos orgánicos e inorgánicos, los cuales pueden acabar afectando al sistema reproductor de los peces.
La contaminación por parte de este compuesto plástico no reciclable afecta a la expresión de hasta cuarenta genes de pez cebra, especie marina expuesta al estudio. Además, los resultados indican que pueden generar una huella química en los ecosistemas acuáticos mediante la liberación de productos durante su degradación.
Según un estudio publicado en Environmental Advances, una sola mascarilla puede liberar hasta 173.000 microfibras en el mar cada día. Esto se debe a la mezcla de papel y polímeros que contienen, como polipropileno y poliéster. El resultado de la pandemia ha desembocado en el aumento de la cantidad de residuos plásticos acumulados en océanos, con una previsión de que se triplique esa cantidad dentro de 20 años.
Las acciones por parte de la humanidad tienen que ser claras y eficaces, lejos de arrojar a los ecosistemas naturales cualquier deshecho contaminante, pero sobre todo el mayor aliado de la pandemia: las mascarillas.
OLAS VIVAS, iniciativa del MADISON BEACH VOLLEY TOUR, pretende generar un cambio necesario que posibilite una unión entre el valor natural de la playa y los valores de los grupos de interés que engloban una serie de actitudes que las personas pueden desarrollar para mejorar su relación con el medio ambiente.