El vóley playa y las gafas de sol

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14141574_1100275806730759_5988654890746138461_nLa práctica de deportes al aire libre, especialmente los que se realizan en el agua, arena o nieve, supone una exposición excesiva al sol y, con ello, a la radiación ultravioleta.

Tanto la luz visible como la ultravioleta pueden ocasionar daño ocular, y éste puede ser minimizado con unas gafas de sol apropiadas. Las lesiones oculares secundarias a la práctica de este deporte pueden deberse a diferentes causas pero las más comúnmente asociadas son secundarias a la exposición a la radiación UV, si no se llevan los mecanismos de protección adecuados como lentes con filtros de absorción.

Las gafas de sol polarizadas -tanto en el vóley playa como en otros deportes ‘outdoor’- constituyen la mejor opción hoy en día para disfrutar de un partido con los amigos, de forma amateur. O para competir directamente en torneos profesionales.

Las gafas de sol para esta disciplina tienen que cumplir las siguientes características:

  • Tener una protección a los rayos ultravioleta que sea del 100%.
  • Ser lo más oscuras posibles, debido a la alta exposición a rangos de luminosidad elevados.
  • Polarizadas.
  • Que encajen bien y no se muevan al hacer saltos y tirarse por la arena.

Cuando los jugadores de vóley playa utilizan unas gafas de estas características, disfrutan especialmente, ya que se pueden concentrar mucho más en el juego.14088405_1100276460064027_1648823314720152587_n

Además, al practicarse este deporte en la arena, la cantidad de polvo y partículas de arenilla que pueden saltar a los ojos es elevada, así que las gafas de sol sirven también para proteger a los ojos para que la arena no entre en los mismos.

En definitiva, si en otros deportes el uso de las gafas de sol es recomendable, cuando se trata de vóley playa, la recomendación se convierte en una obligación. No se puede jugar al vóley playa de manera adecuada sin usar unas gafas de sol que permitan al jugador seguir bien la trayectoria del balón y que al mismo tiempo proteja sus ojos de la intensa luz, de los rayos ultravioletas y de la arena de la playa.