Naciones Unidas define como “basura marina” cualquier material sólido persistente, manufacturado o procesado que ha sido descartado, vertido o eliminado en el medio ambiente marino o costero.

Cada año, más de ocho millones de toneladas de basura terminan en el fondo del mar, un problema que amenaza a los ecosistemas marinos y a su biodiversidad. Si consideramos la basura como un síntoma del nivel de contaminación de los mares, podemos decir que nuestros mares están muy enfermos.

Las costas y playas están llenas de basura, su presencia se ha convertido en una auténtica plaga cuyos impactos no se reducen a los daños sobre las especies marinas. Cada día cientos de millones se invierten en retirar de las playas las basuras que arrastra el mar o que dejan detrás los bañistas.

Un informe de Greenpeace titulado “Basuras en el mar” calcula que tan sólo un 15% de la basura que se vierte el mar termina en las playas. El 70% se hunde y el otro 15% queda en la columna de agua. Ello evidencia la cantidad de basura que queda en los mares fuera de la vista de todos, pero provocando graves daños ambientales.

Por este motivo, desde el Madison Beach Volley Tour y la Real Federación española de voleibol decidimos colaborar
en la protección y conservación de la biodiversidad marina y litoral, ya que es el espacio natural para el desarrollo de la actividad del deporte olímpico del vóley playa, a través del cual vimos la oportunidad y nos sentimos en la obligación de ayudar en la protección del mismo por medio de nuestra actividad en las playas, principalmente a través del Circuito Nacional del Voley Playa, con presencia en varias costas españolas.

Con este objetivo, durante la temporada 2017 comenzamos la andadura de Olas Vivas, sustentada en tres líneas principales de actuación:

1. Sensibilización sobre la protección de las playas y el mar
2. Formación a colectivos prioritarios: niños, jóvenes, familias.
3. Estudio sobre el conocimiento en materia del entorno litoral.

El objetivo que planteamos es sensibilizar, concienciar y formar a la comunidad del Voleibol en España y la población en general de cada uno de las sedes incluyendo a los turistas, y a los asistentes al circuito en particular con un especial esfuerzo en los más jóvenes y en las familias, que se encuentran en un espacio protegido que se debe cuidar y respetar. Es importante hacerles participes del proyecto, que salgan del evento sabiendo que cada uno de ellos puede poner su granito de arena para empezar a cuidar las playas. Bastan pequeños gestos diarios para dar un paso hacia un futuro más sostenible.