PLATA Y BRONCE PARA ESPAÑA EN LA CONTINENTAL CUP

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El equipo masculino logró alzarse con la segunda plaza, y el femenino con el tercer puesto, del campeonato celebrado este fin de semana en Madrid

La derrota de Pablo Herrera y Javi Huerta por (0-2) ante los alemanes Nils Ehlers y Lars Flüggen, en la final de la Copa CEV de vóley playa celebrada en Madrid, dio al equipo español la medalla de plata y, lo que es más importante, el pasaporte para el preolímpico de La Haya.

En Herrera y Huerta recayó la responsabilidad de intentar la remontada tras la derrota anterior de Curro Menéndez y Alejandro Huerta (1-2) ante los alemanes Julius Thole/Clemens Wickler, actuales subcampeones del mundo. Los españoles cedieron por 18-21, 21-16 y 15-13 y dejaron toda la responsabilidad en manos de Herrera y Javi Huerta.

Sin embargo, estos no pudieron llevarse la victoria. El primer set fue de absoluto dominio de los germanos, sextos del mundo, con cómodas ventajas (7-10, 12-19, 13-20 y 14-21). En el segundo parcial la mejoría en el juego de los españoles fue significativa. Herrera volvió a dejar constancia de su enorme experiencia y Javi Huerta no se amilanó en el ataque pese a los 210 centímetros de Ehlers.

En el cuadro femenino, España conquistó la tercera plaza en la segunda ronda de la Continental Cup al derrotar en el Golden Match a Suiza. Las españolas llegaron a la ronda de desempate tras vencer Soria y Carro el primer encuentro, y caer Amaranta y Lobato en el segundo. La barcelonesa Amaranta Fernández y la alicantina Paula Soria se unían para jugar el desempate y superar a Böbner/Vergé-Dépré y conquistar el bronce de la CEV Continental Cup.

El Golden Match estrenó a la dupla Amaranta Fernández y Paula Soria, las elegidas por Marco Pires para disputarse el bronce ante Böbner/Vergé-Dépré. La catalana y la malagueña controlaron los primeros compases de encuentro, dominando los intercambios de saque para llegar a la recta final de set con una mínima ventaja que supieron aprovechar, al calor de la afición de Puerta de Hierro.  En la segunda manga, las españolas mantuvieron su rendimiento, controlando el ritmo de juego para asegurar la medalla de bronce.