Pablo Herrera consiguió la medalla de plata en los JJOO de Grecia, ha obtenido cuatro medallas en el Campeonato Europeo de Vóley Playa y ha ganado 7 veces en campeonato de España. Sin embargo, sus dos mayores triunfos los ha conseguido fuera de la arena: primero llegó su hija y después su hijo.
Hemos charlado con él para que nos cuente cómo ha conseguido compatibilizar la paternidad con su carrera profesional internacional y el apoyo que ha supuesto su mujer.
¿Cómo ha sido y es para ti compatibilizar la paternidad con tu dedicación al vóley playa?
Lo más difícil es que ya tus preocupaciones pasan a segundo plano, para mí es lo que más ha cambiado a la hora de ser padre. En cuanto a compatibilizar, prácticamente sigo haciendo el mismo plan de antes, siempre con la ayuda de mi mujer que es la que llega toda la carga de los peques. Sin ella no hubiese podido ser padre o tendría que haber dejado el vóley playa.
¿Cómo lo has llevado cuando has tenido que viajar por todo el mundo?
Es lo más duro es pasar fuera de casa tanto tiempo. Hoy en día se hace más llevadero por los avances en la comunicación, pero sí lo más duro son los viajes.
¿Compartes tu pasión por el vóley con tus hijos?
Bueno paso con ellos los meses de pretemporada y bajan todos los días a la playa para ver los entrenamientos y jugar en la arena, la verdad que mi hija aún es pequeña pero siempre va con la pelota y ya empieza hacer gesto del vóley playa.
¿Te gustaría verlos algún día compitiendo en el Madison Beach Volley Tour?
Nunca se sabe, lo importante es que hagan varios deportes y elijan el que más les apasione.