¿Cómo puedo mejorar mi forma física y mi rendimiento deportivo? La respuesta se nos antoja simple: entrenando. Sin embargo, entrenar más y más no siempre es sinónimo de productividad. Hoy te traemos algunos hábitos saludables que te ayudarán a lograr tus objetivos deportivos.
- Sigue una dieta equilibrada
Seguir una dieta saludable y variada, que nos aporte los nutrientes necesarios, es imprescindible para un correcto desempeño deportivo. El equilibrio entre carbohidratos, proteínas y grasas nos proporcionará el combustible necesario para dar el máximo en nuestros entrenamientos y competiciones.
- Organiza tu alimentación
Si quieres ver resultados positivos, la planificación es tu aliada. Comer inmediatamente antes de realizar una actividad física puede perjudicar tu rendimiento. Organiza tus ingestas en función de tus entrenamientos. Los expertos aconsejan alimentarse 2 horas o 2 horas y media antes de tu entrenamiento o partido.
- Hidratación adecuada
Los músculos contienen un 76 % de agua de todo el organismo, por lo que hidratarnos correctamente nos ayudará a evitar la fatiga y aumentará nuestro rendimiento deportivo. Después de la práctica deportiva es importante consumir agua o líquidos ricos en electrolitos que nos aporten sodio y potasio para reponer la pérdida de líquido sufrida.
- Calentamiento
¡No olvides tu calentamiento! Una de las partes más importantes del entrenamiento es el calentamiento, fundamental para evitar lesiones y para que los músculos desarrollen su máximo potencial. Al calentar, estamos preparando nuestro cuerpo de forma progresiva para que pueda realizar un ejercicio físico intenso en las mejores condiciones.
- Estiramientos
El estiramiento ha demostrado disminuir la rigidez muscular, mejorar el tono muscular, mejorar la circulación, reducir el riesgo de lesión, disminuir los dolores musculares, mejorar la postura, mejorar la eficiencia del músculo y en general, mejorar el rendimiento total del cuerpo; ya que al estiramos también mejoramos nuestra flexibilidad.
- Descanso adecuado
Como ya hemos comentado, entrenar más y más no es sinónimo de éxito. El descanso es tan o más importante que el entrenamiento. Nuestros músculos necesitan recuperarse para poder enfrentarse a nuevos estímulos.
- Atiende las señales de tu cuerpo
El síndrome de sobre entrenamiento o fatiga se presenta como una disminución del rendimiento deportivo. Por eso es importante prestar atención a las manifestaciones fisiológicas y psicológicas que te envía tu organismo: aumento de la frecuencia cardiaca en reposo y durante el ejercicio, alteraciones del sueño, alteraciones del apetito o retardo en la recuperación tras el ejercicio.
- Organiza tus entrenamientos y competiciones
Tener una buena organización para el control de los entrenamientos diarios es la pieza clave para progresar sea cual sea nuestro objetivo principal. Es importantísimo entender que cada persona necesita tener unas condiciones y un entrenamiento totalmente individualizado y planificado de manera gradual, controlada y periodizada.
- Fija objetivos alcanzables
Establecer objetivos es clave para motivarnos y para medir nuestro progreso deportivo. Las metas que nos planteemos tienen que ser alcanzables, pero han de suponernos un reto.
- Y por último, ¡disfruta del deporte!